Jugar las cartas que nos tocaron

Jugar las cartas que nos tocaron

No sirve de mucho desear que las cosas fueran diferentes. Hay que hacer lo mejor que se pueda con lo que nos ha tocado vivir.

Este es el consejo de una persona que realmente vive la resiliencia: de nada quejarse que nos haya tocado una mano muy mala en la baraja, hay que jugarla lo mejor que se pueda. Y cada día se nos reparten cartas nuevas.

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